El ser humano posee una capacidad única, la razón, la cual nos permite conocer, interpretarla y transformarla.
Punto de partida
Ya en la antigua Grecia los pensadores griegos se hicieron preguntas acerca de la razón. Para ellos la racionalidad teórica consistía, mas que nada, en tener la capacidad de penar con la finalidad(como no) de poder entender lo que nos rodea, de la realidad de la que formamos parte y a la que se presupone un orden. Sea este impuesto por nosotros o ya existente (depende de la persona). Esto nos hace poseedores de una facultad única y enteramente humana, la inteligencia. Gracias a la cual somos capaces de desarrollar la capacidad de abstracción, es decir, la capacidad de crear términos universales. "Sapere aude" Inmanuel Kant
Conceptos universales
Ya en la antigua Grecia los filósofos presocráticos marcaron las diferencias entre lo que las cosas son y lo que aparentan ser. De esta manera llegaron a la conclusión que si no nos podemos fiar de nuestros sentidos para alcanzar un conocimiento estable y seguro.
Pero ¿si no nos podemos fiar de nuestros sentidos para alcanzar un conocimiento seguro, como acceder a la verdad? Sócrates dio la respuesta a esta pregunta y afirmó que había que definir las cosas, hallar conceptos universales.
Pues bien, para poder conocer la realidad la razón necesita funcionar mediante las definiciones, que son invariables y no dependen del modo de percibir de los distintos investigadores, épocas o lugares.
Además Aristóteles afirmó que el verdadero saber necesita no solo conocer como son las cosas, ha de ir mas halla, necesita saber por qué son y como son. Hay que conocer sus causas, argumentarlas y demostrar lo afirmado.
Tenemos pues la exigencia de que la razón teórica puede conocer la realidad mediante, los conceptos universales y afirmando que hay distintos grados de ser, luego también hay distintos grados de conocer.
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